Cuando uno ya ha
pasado los “ticinco” y lleva acumulada una vida de experiencias, una simple “junta
de amigos de la U” puede ser una experiencia profunda y especial. Sobre todo si
se trata de recibir a uno de los amigos que viene de lejos y hace unos cuantos
años que no lo has visto… Ponle la agravante que a estas alturas, todos tenemos
ene responsabilidades de familia y trabajo y hacer coincidir las agendas puede
llegar a ser una tarea digna de titanes o magos.
http://youtu.be/MMruR7CVYhcAfortunadamente, nosotros contamos con ese mago maravilloso y catete, que cada vez que se lo propone en serio, nos hace dejar todo de lado, para asistir a las juntas tan especiales que él organiza. Nuestro gran amigo Félix. Por otro lado, tenemos una pareja de amigos lindos y preciosos que estuvieron dispuestos a prestar su casa para hacer efectivo ese encuentro. Grandes Mónica y Carlos. Entonces, puesto todo en orden, sólo nos quedaba llegar al punto de encuentro en forma puntal. En mi caso, que corro todo el día con mi oficina a cuestas, mochila a la espalda (soy lo más cercano a un Ekeko o a un caracol), esa misión es más que complicada. Afortunadamente, siempre hay maneras de organizarse para llegar. Estaba mega cansada (como todos, no más) y mi motor más importante era saber que iba a abrazar a un amigo muy querido después de muuuchooooosss añooosss y que iba a ver a otros, que viviendo en Santiago, no los veía la misma cantidad de tiempo… ¡¡¡Valor!!!... La ciudad nos come, y eso que no es tan grande… ¡¡¡Más valor!!! Por fin, llegamos todos, más o menos puntuales a la cita… Ustedes saben que la puntualidad es un arte que “no se me da fácil”… Jajajajaja!! Pero ahí estábamos todos, abrazándonos, riendo y echando tallas, felices de vernos otra vez.
El comentario
típico era: “Estás igual!!!” o “No has cambiado nada!!” o “Estás como el vino!”
o cualquier etcétera de esos que quiere decir que a pesar de las arruguitas o
de la experiencia y uno que otro rollito delator, te mantienes igual de bien o mejor de lo que
recordábamos a la persona. La guinda de la torta fue ver llegar a nuestro amigo
tan esperado. El, con su sonrisa, encanto y ternura, llenó todo el espacio de
recuerdos agradables, abrazos apretados, de fuertes palmetazos por parte de los
varones y de sonrisas coquetas de parte de las ladies… Y es que “Luchito” es un
seductor nato. Tiene esa capacidad de encantar con su sonrisa, sus frases inteligentes,
elegantes y bien escogidas. Su presencia irradia esa luz brillante y poderosa
de un guerrero que ya viene de vuelta de la vida. El jueves asistimos al
maravilloso espacio que yo denomino “el descanso del guerrero”, esas horas
preciadas e invaluables en que uno depone las armas, se saca la armadura y
simplemente ES uno mismo.

“Amigos siempre
amigos” esa es la consigna actual. La vida no nos ha separado y el espíritu
siempre estará dispuesto a ir al próximo punto de encuentro, todas las veces,
ene cantidad de veces, hasta que la vida, o el destino, o la inevitable muerte
digan lo contrario. Seguimos siendo uno para todos y todos para uno… La
aparente distancia física no ha separado nuestros corazones. Ya no, nunca más. Seguiremos
todos unidos por uno de los sentimientos más nobles de todos, después del amor:
La amistad.
Te queremos
Luchito… Vuelve, vuelve pronto. Aquí estaremos los de siempre, con los brazos
abiertos para recibirte hoy, mañana… Siempre, mi viejo querido.
2 comments:
Querida Carla... que decir o como decirlo, despues de haber leido tu mensaje. Es innegable que posees el don de la palabra , logrando que la emocion me embargara mientras leia tan magistral relato.
Gracias!!!!
Gracias linda amiga. Lo has dicho muy bien. Por unas horas estuve una vez más, con las personas que formaron el mejor grupo humano que haya tenido la oportunidad de compartir. Espero que volvamos a reunirnos. Muak, muak.
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