Contenta, Señor, Contenta...

El sábado en la mañana acompañé a mi hija a un campeonato de atletismo intercomunal, organizado por la Municipalidad de La Reina, y que se llevó a cabo en el estadio municipal de Av. Larraín. Pasé una mañana súper agradable y volví con más chochera todavía, porque mi hija participó representando al colegio, junto a un grupo de compañeros que hicieron su máximo esfuerzo por participar dignamente. Estaban acompañados por uno de los profes de Ed. Fisica, el "tío Pedro", ganando casi todas las competencias en que participaron. De hecho, las chicas se trajeron la copa al mejor equipo femenino de atletismo… y mi CECI, solita, ganó en salto largo (con 3.47 mts.), sacó segundo lugar en la posta 4 X 200 mts., y tercer lugar en los 80 mts. planos, todos en la categoría infantil damas. El día estuvo lindo y soleado y la vista del estadio es simplemente maravillosa, claro que no pude disfrutarla demasiado porque comenzaron a la hora en punto (curioso no?) y estábamos un poco nerviosas.

El deporte es lo más democrático después de la muerte, donde todos los atletas se enfrentan en igualdad de condiciones, no es cierto?... peerooo lo que vi en la pista fue diferente, algo diferente. Resulta que este campeonato era para los colegios municipalizados de la comuna, los que son bastante pobres o de clase media. Pero había un colegio invitado, el San Ignacio, quién puso la diferencia evidente y marcó el paso de la competencia… y mientras estaba sentada en las graderías, o me ponía en la orilla de la pista para darle aliento a mi “bebé” o para sacarle fotos con el celular (por la "chachu" que echo de menos la cámara digital que me robaron!!!! Ufffff!!!) también era espectadora de la famosa ‘brecha educacional y tecnológica” de la que tanto hablan. Claro! porque mientras los chicos de la comuna corrían con cualquier tipo de zapatillas, buzos viejos, poleras descoloridas y no tenían más técnica que su propio instinto para correr, los del San Ignacio hicieron gala de una técnica casi perfecta, corriendo con zapatillas Nike o del tipo, buzos de marca y profesores de elite que estaban con los atletas constantemente. Afortunadamente, los chicos de la comuna son lo suficientemente sanos para no percibir la diferencia. Esa fue un poco la nota que me entristeció, los otros jovencitos no tenían nada pero nada que hacer!! Y las marcas registradas eran de antología y sumamente diferentes. Mientras los corredores del San Ignacio hacían marcas de 7 u 8 segundos, los otros no podían bajar de 10. Francamente, me dio mucha pena ver tanta diferencia y tanta inocencia de parte de los chicos.

Ahora, dentro de las cosas agradables que ocurrieron, también pude ver el tremendo fair play que hay entre algunos chicos. La amistad no se quebró por las competencias y vi como todos se ayudaban entre ellos y se daban aliento. Claro que hay otros que tienen que aprender mucho todavía. Es impresionante observar en algunos enanos las conductas barristas aprendidas de sus padres o parientes o amigos. Imagínense que en una de esas, un chico como de 8 años llegó y a pito de nada, tiró un envase plástico de bebida a la cancha, y con los competidores corriendo ahí mismo!!!! Los padres que estábamos mirando - todos sin excepción - lo retamos, pobrecito!!! Y al final de las competencias, me dio vergüenza ajena, porque las graderías, la pista de carreras, el foso de salto largo y la cancha de pasto quedaron llenas de basura!!! Qué plancha!!!

Kael Becerra, el atleta chileno de 21 años que ganó medalla de oro en los Juegos Odesur de Buenos Aires, corriendo los 100 mts. planos, estuvo allí, gentilmente, compartiendo con los jóvenes y entregándoles los premios… qué diferencia de actitud, no les parece??? Estuvo hablando con los jóvenes, firmando autógrafos y sacándose fotos con todo el mundo, con esa sencillez tan típica de los que son grandes de "adentro”. También fue el Alcalde de La Reina, quién entregó algunas medallas y copas a estos esforzados y alegres alumnos de su comuna.

Lo otro que me llamó la atención es que las graderías estaban casi vacías… había 6 colegios en competencia y sin embargo, si había más de 20 papás era mucho!!! Y los demás, dónde estaban??? En sus trabajos? Durmiendo? En la casa???... Dónde estaban esos padres ausentes?? Y otra vez me dió pena, porque los cabros de verdad se esforzaban, dejaban todas sus ganas y empeño allí en la pista… y sólo sus profes estaban allí para felicitarlos. Y eso es lo que marca la diferencia con mis hijos creo yo. No soy la madre del año, pero cuando necesitan mi apoyo y el de su padre, estamos siempre ahí. Y nada!!! Yo me siento muy feliz, feliz de poder apoyar a mi hija así como lo hago. Feliz y agradecida de sus talentos naturales, de su compromiso personal y de la garra que le pone a las cosas que hace, y feliz, porque ya sea que lo tenga claro o no, las cosas están como debieran.

Mi hija se destacó en todo e indiscutiblemente, con el grupo con el que participó, se formaron lazos de compañerismo bastante sólidos y el profesor sin duda, se ganó el respeto de todos: Tanto de sus alumnos como de los 6 padres que lo acompañaron. Acá les dejo unas fotos, que no están muy top, pero que reforzarán la chochera (otra vez!!) Jajajjajaja... Creo que dejaré a la “Casa de las Guaguas” sin stock de baberos!!! Jajajjaja… Les deseo una linda semana a todos!!!!