Ella era una
mujer que a simple vista parecía normal, con una vida normal. No era bonita
pero tenía ese “algo” animal en sus ojos. De hecho, la gente la conocía como la
mujer de mirada triste y profunda. Su única compañía era su perro-lobo. La
gente le temía a la descomunal mascota, decían que había algo “humano” en su mirada y que parecía entender
lo que las personas decían. Mujer y lobo acostumbraban a pasear cada
atardecer por la playa. Ella siempre vestía de blanco, como si quisiera hacer
contraste con el pelaje negro de su lobo, Ese pelo negro azabache, que ella se deleitaba en acariciar largamente y la feroz mascota se entregaba mansamente a las dulces y suaves caricias de la
mujer. Verlos así era todo un espectáculo De lejos, parecía que sostenían interminables diálogos bajo las
estrellas. A la gente del pueblo, esa conexión profunda entre la bestia y la mujer, le
parecía anormal y el cariño que los unía a ambos, casi siniestro. Si ella
enfermaba, él no se despegaba de la orilla de su lecho. Incluso le gruñía a las
visitas que no eran de su agrado. Y ella podía pasar horas cepillando el grueso
pelaje negro de la enorme bestia, cantándole canciones y contándole cuentos. Él siempre la seguía con la mirada, atento a todos sus movimientos. Ella lo buscaba, preocupada, si
pasaba mucho rato sin verlo. Y así pasaban sus días, entre caricias, cantos y
juegos… Así, hasta que llegaba la noche de luna llena.
En esas noches,
ella se ponía inusualmente inquieta. Sufría de una violenta transformación. Su temperatura
corporal subía a tal grado, que le hacía imposible usar ropa. El sudor que la
envolvía la impulsaba desesperadamente hacia la playa, seguida por su lobo
fiel. Y mientras ella se lanzaba a las olas y se dejaba bañar por la luz
destellante de la luna, el lobo la observaba en silencio desde la orilla.
Era ahí cuando la transformación se completaba, al minuto justo en
que las campanas de la torre daban las doce de la noche. Siempre sin testigos, en esa playa solitaria, la
mujer hibridaba en una hermosa loba de impecable pelaje blanco y su mascota se
levantaba sobre el metro noventa, convertido en una robusta figura masculina
que de pie en la playa esperaba a la loba con los brazos abiertos. Impulsivamente, ella se lanzaba entre
sus brazos, lamiéndole las lágrimas, que copiosamente rodaban por sus mejillas.
Y así, una vez al mes, en cada noche de luna llena, la transformación
simultánea hacía imposible el diálogo de los cuerpos enamorados. Sólo por un instante, los dos seres pasaban de lobo a hombre y de mujer a loba,
pudiendo contemplar sus cuerpos bañados por la luna por un segundo y medio… Y
luego, hasta la noche de luna siguiente, volvían a mutar en una danza imposible
de los enamorados, condenados a estar juntos pero separados por la naturaleza
de sus cuerpos… Y a nadie parecía llamarle la atención la ausencia de la misteriosa mujer de mirada triste y la aparición de este forastero de piel morena y ojos pardos que silenciosamente paseaba a una hermosa loba blanca por las calles del pueblo.
Sólo aquellos que
conocían la maldición podían percatarse de la llama que se encendía en sus ojos y del diálogo misterioso y profundo que
entablaban con sus miradas. Podían sentir que había una fuerte conexión y una
complicidad inmutable entre estos dos seres, que - amándose con locura - estaban
condenados a estar siempre juntos pero imposibilitados de consumar su inmenso
amor eterno. Lobo-hombre, él. Mujer-loba, ella. Negro él, blanca ella. Los
polos opuestos ejerciendo un magnetismo que no conoce término… Igual levantaban
las habladurías y la envidia de las viejas del pueblo y sin embargo, ellos, los
lobos humanos, parecían no tener problemas al respecto. El amor que ellos sentían
era suficiente para seguir juntos hasta el fin de los tiempos, mientras hubiese
luna, mar… y este cuento.
4 comments:
Interesante relato. Existen muchos relatos similares en diversas mitologías, y todas apuntan a la dualidad de la personalidad humana y a los amores imposibles. Pese a conocer el fondo, me gustó la forma. Un beso.
Saludos sangrientos
Blood
Gracias mi Blood!!Todo un cumplido, viniendo de ti!!
Besos rojizos (tb hace tiempo que no decia eso!)
Estoy de acuerdo con Blood. Me gustó la fluidez de la escritura, se hace fácil seguirte. un beso.
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