
Cuando uno ejerce la pedagogía, pocas veces tenemos la oportunidad de saber cuanto impacto causa lo que uno enseña a los alumnos... pero lean lo que me sucedió:
El otro día, iba entrando apuradita (atrasada, pa’variar un poquito) al lugar aquel al que voy siempre con mis amigas (iba a ver a mi amiga Yop de “blondie”... valorrrr!!) cuando de repente, desde una de las mesas de la entrada al Lujuria, se pone de pie un hombre guapo, con cara de chico bueno que me dice: “Yo la conozco”. Yo lo miré con cara de “ yiiiiiaaaa... invéntate una chiva mejor...” pero seria y cortésmente le dije: “Parece que me confundes, yo no te ubico para nada” y seguí caminando por el pasillo lleno de gente.
“Espére”, insistió, “¿Ud. no es profesora de inglés que hizo clases en el colegio XX?”... Ahí paré en seco y me arrepentí de haber pensado mal. “Sí”, le contesté, “¿y tú cómo sabes eso?”. “Es que yo fui uno de sus alumnos del 4° C”. “Andaaaaaaaaa!!! No puede ser!!!... Disculpa pero no me acuerdo de ti para nada, a lo mejor has cambiado mucho desde que eras chico”, traté de excusarme.
“No, miss, lo que pasa es que iba al cole tarde, mal y nunca. Hasta que un día entré a sus clases y la escuché. De ahí que nunca más falté a sus clases. Es normal que no me ubique. ¿Pero sabe algo? Siempre quise llamarla para darle las gracias y ¡mire donde me la vine a encontrar! Por eso me atreví a hablarle. Gracias a sus clases, cambié mi vida. Yo le hacía a las drogas y estaba perdido, en malas juntas y eso, pero cuando la escuché hablar de cosas como la libertad y el poder que teníamos dentro de nosotros, comentar del Juan Salvador Gaviota, de los hippies y la revolución silenciosa y todo eso, me cambió la vida, sabe?”...
Así, este muchacho bien parecido con cara de hombre bueno, me contó que estaba casado, tenía un hijo y era jefe de obra en una constructora.... y ¿saben qué?... quedé impactada. Nunca me imaginé que las clases que yo hacía fueran tan importantes para mis cabros... claro poh! Porque cuando estás en una sala rodeada de 45 criaturas rebeldes que te agarran pa’l tandeo constantemente, no te imaginas que lo que hablas le puede cambiar la vida a un cristiano...
Cómo contaba en el foro aquel tan querido... ¡¡¡Me dieron unas ganas de volver a hacer clases!!!... si no fuera porque tengo una familia que mantener, que el ambiente en los colegios no es de lo mejor y que el nivel académico de algunos profes deja bastante que desear, que el sistema te achata y no te deja crecer... Volvería, volvería con la misma fe y mística... volvería con el mismo amor que tuve por mis alumnos de entonces... volvería con la misma rebeldía... volvería... claro que esta vez sería diferente, ya no tengo 20 años pero tengo un kilo más de vida y mucha más experiencia...
Lindo encuentro, hermosos recuerdos... De nada, mi querido Héctor... Soy yo la que debería darte las gracias por no haberme olvidado y por permitirme ser testigo del buen hombre en que te has convertido hoy.
Y sólo porque me gusta mucho, les dejo esta canción... Enjoy it!!!Powered by Castpost